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martes, 16 de diciembre de 2008

Se precipitó a plomo desde la baca de la Alsina, por encima de la barandilla metálica que rodeaba todo el vehículo.Cayó de bruces contra el suelo con un golpe seco, sin un !ay!, sin el más mínimo lamento. Fue un golpe violento que rompió la vieja soga que la reforzaba.

Dentro de aquella maleta había la más extensa diversidad de ropa que imaginarse pueda. Unos calzoncillos de lino largos, de los que se anudaban a los tobillos. Unos pantalones de pana grises. Una camisa del mismo color que recordaba a los queseros de la mancha. Primero al olfato y luego la vista nos llego la presencia de una tartera, en cuyo interior se percibía la existencia de una sabrosa tortillas de patatas, disimulando el suave y penetrante olor de unos chorizos caseros, cuya envoltura en un papel de periódico no podía disimular las evocaciones de otros tiempos muy felices. Había un par de pañuelos de hierbas a cuadros y dos pares de calcetines, limpios y que a pesar de ello no podían disimular sus bien hechos zurcidos en los talones y a la altura de los dedos gordos de los pies. Y, entre tanta cosa coherente, aparecía una caja rectangular que, los más expertos sabíamos que era de preservativos. Estaban allí como fuera de lugar, pero quizá en algún momento podrían serle útiles. ¿Quién sabe?.

De pronto una manaza llena de callos como de haber usado la hoz en más de una ocasión, nos apartó con firmeza. Vimos el rostro moreno de una joven curtido en miles de soles. Se abalanzo sobre la maleta como queriendo, sin conseguirlo, ocultar su contenido a los mirones.

jueves, 20 de noviembre de 2008

QUERIDA MARGARITA





QUERIDA MARGARITA:

Qué te voy a decir yo, después de las cosas tan bonitas, de los perfumes que tus compañeros han derramado sobre tu féretro. Después de esa emotiva carta que te escribieron tus hijos y que nos hizo un nudo en la garganta a todos los que la escuchamos, con tu cuerpo aún caliente frente al altar, y derramos nuestras lágrimas como un merecido homenaje a una persona que nunca la vi llorar; yo creo que no sabías sino reír, sembrar alegría y vida a tu alrededor.

Mientras te estamos despidiendo retumban en mis oídos el alegre tintineo de tu risa, de tu plenitud de vida que repartías por doquier.

Los recuerdos se amontonan en mi memoria. Ora en una marcheta vespertina de las que hacíamos en verano, ora subiendo a las más duras montañas. Durante el tiempo que hemos compartido contigo no encontramos ningún momento en que tu estuvieras seria o preocupada. Siempre riendo,. Siempre alegre. Y nos contagiabas.

Tú no te habrás dado cuenta por que José se ha pasado toda tu enfermedad disimulando ante ti, pero con nosotros no era capaz de engañarnos. Se le notaba el sufrimiento, en el rictus de su boca, en el brillo de sus ojos. Nos transmitía su pena y nosotros sufríamos con él haciéndonos partícipes de tanto dolor.

Si miras desde allá arriba verás lo que todos, encabezados por José, tu marido, te queríamos y te seguiremos queriendo.

Algo de nosotros se nos ha ido para siempre.

Que Dios te bendiga.

martes, 4 de noviembre de 2008

GUARDIA DE SEGURIDAD

- Señora, vengo a presentarme para el puesto de Guardia de Seguridad que han ofrecido.

La Gerente de aquella Empresa le interrumpió.

- Perdone observo que usted es invidente y pretender el puesto de Guardia de Seguridad me parece un tanto inadecuado. Encomiable su voluntad pero creo imposible que usted pudiera desempeñar este cargo.

- Estoy dispuesto a demostrarle que soy la persona idónea para esta función. Acaba usted de dejar el bolígrafo encima de la mesa, a su derecha; ha cogido un papel y lo ha depositado en una canastilla. Si ahora se levanta y da algunos pasos yo sabría si va hacia la ventana, que hay a mi izquierda o hacia la puerta que está a mi espalda. Los ciegos, porque soy invidente total, tenemos desarrollados el resto de los sentidos hasta límites incomprensibles para los videntes.

- Aún así y aunque lo estoy viendo desde otra perspectiva, la Empresa se opondrá en absoluto a su contratación. Y lo siendo de verdad.

- Eso sería un error, objetivamente considerado. ¿Conoce a los murciélagos?¿Sabe que son ciegos?. ¿Que pueden desplazarse por cualquier laberinto, lleno de obstáculos, a una velocidad increible, sin tropezar con nada?.

!Pues éso!.

miércoles, 22 de octubre de 2008

LUNA DE MIEL

¡Sí, quiero!

Se oyó la expresión con toda claridad y en una perfecta dicción. El texto no era tan largo como para necesitar mucho tiempo de ensayo. Más bien se trataba de un sentimiento. Una costumbre que venía repitiéndose a través de los de los tiempos.

Quien había dicho esto, Anselmo, miró con ternura a la figura delgada que tenía a su izquierda. La lucecita que se encendió en sus ojos le llenó de satisfacción. Era una llama de esperanza en el futuro, que en este día del año 2025 se le ofrecía como una deliciosa flor. Erika repitió la misma frase, como si de un eco lejano se tratara. Ahora fueron los ojos de él los que se iluminaron. Hubiesen pasado siglos mirándose si no les hubiera llamado la atención el celebrante.

Juntos salieron a los compases de una música celestial (eso le pareció a ellos) entre las miradas envidiosas de los mozos y mozas que les contemplaban. Sin más dilación se dirigieron al automóvil para emprender el viaje de bodas.

Aparcaron el coche y se dirigieron a la nave espacial para iniciar su luna de miel. Ya hacía algunos años que las parejas dejaron de viajar a Mallorca o a Punta Cana, para hacer estas vacaciones de una forma más romántica. Viajar a la Luna estaba a la orden del día. Los avances de la técnica habían logrado que la “luna de miel” fuera literal. Entregaron sus billetes y se sentaron en sus respectivos asientos, entrelazando sus manos y mirándose con ternura.

Los motores arrancaron suavemente. Ya quedaron atrás aquellas estruendosas aceleraciones a las que sometían a los caducos motores de reacción. Los actuales usaban un combustible a base algas marinas, que hacían silencioso el motor. La maquina estaba construida de tal forma que no usaba cojinetes ni engranaje alguno lo que permitía alcanzar unas velocidades astronómicas al suprimir los rozamientos y el silencio del motor era total.

La imagen de la tierra a 7500 m. de altura era impresionante. Azul con unas manchas blancas que le daban un encanto especial. Anselmo miró por la ventanilla, luego al rostro de su esposa. Qué bien suena eso de esposa –pensó- y se dijo que ya no podría soñar con más felicidad. Ella lo miraba arrobada, adivinando sus pensamientos y compartiendo con él su estado de ánimo. Evocó su niñez cuando salía con sus padres al campo o a la montaña, disfrutando de aquel cuadro tan relajante. Quedó embelesada, semidormida, cuando un sonido metálico la despertó. Era el Capitán de la nave:

- Señores pasajeros, no se alarmen. No ocurre absolutamente nada grave. Sólo que hemos entrado en una zona de interferencias, debido a la alineación de varios planetas. Los sortearemos y seguiremos hacia nuestro destino.

Cuán equivocado estaba el Capitán. El intento de evitar la línea de influencia de los planetas, desvió la nave dos grados más de lo previsto. Quiso enderezar el rumbo pero los mandos no le obedecieron. Por mucho que intentaba corregir el rumbo no podía lograrlo. Observó, cómo el reloj que indicaba la fecha iba andando con bastante rapidez, pero no hacia adelante, sino hacia atrás: 2024… 2023…..

Se puso lívido. Miró a su copiloto, esperando alguna palabra, pero éste no podía ni abrir la boca.

De nuevo se oye un chasquido y la voz del piloto:

-Señores: tengo una cosa importante que decirles, no llegaremos a la Luna, pero no deben preocuparse tomaremos Tierra sin problemas. La máquina funciona a la perfección, sólo ha sido un problema de coordenadas.

Lo que no dijo el Capitán es que las coordenadas que habían fallado eran las de espacio-tiempo.

La nave se posó sobre un terreno árido, de color pardo. Nuestros viajeros pudieron observar un verdadero ejército, con uniforme azul, que montaban unos briosos caballos. El primero de ellos enarbolaba una bandera bicolor con un siete en el centro.

viernes, 17 de octubre de 2008

VOLENCIA

No me resisto a contaros una pequeña etapa de mi vida. Me llamo Carmen, tengo 32 años y soy madre de una parejita: la niña de 3 años y el niño de 8.

Mi vida transcurría por unos derroteros normales. Hasta que un día él llegó bastante borracho. Los ojos encendidos, el rostro rígido, lleno de ira. Al perecer las cosas no le habían ido muy bien y temí que lo pagara conmigo. Me fui hacia la cocina, pero el se interpuso y me dio tal bofetada que tuve la sensación de que la cabeza se me separaba del cuerpo. Parecía un balón de fútbol al que hubieran inflado hasta el punto de estallar. Me cogió del brazo con fuerza hasta hacerme daño y me dio un puñetazo en la sien, que me dejó semiinconsciente. Salí corriendo de la casa y me dirigí a la de mi madre.

Por el camino iba jurándome que jamás volvería a estar con este animal. Llegué a casa de mis padres y mi hermano me re4comendó que fuéramos al forense. Así lo hicimos y pusimos la correspondiente denuncia. La Justicia dictó orden de alejamiento y me concedió la custodia de mis hijos, con la posibilidad de que el padre los viera la mañana de los domingos.

Así transcurrió casi un año. Un día, cuando vino a devolver a los niños, me pidió que me quedara fuera, que tenía una cosa importante que decirme. Me negué pero ante su insistencia pensé que no perdía nada con escucharle….

- Carmen -me dijo- soy otro hombre desde aquel día no he vuelto a beber absolutamente nada. Recuerdo aquel aciago momento y no puedo perdonarme. Fui brutal contigo y no pasa ni un minuto en que no me arrepienta. Te quiero, siempre te he querido y siempre te querré. Eres lo más bonito que me ha ocurrido en la vida. Sin ti y sin los niños seguir en este mundo no tiene sentido para mi.

Su voz era cálida. Las palabras casi se le quebraban en la garganta. Su rostro era triste y compungido.

-Podríamos llegar a un acuerdo. Veniros a casa tú y los niños y viviríamos para ellos.

Educarlos en paz y concordia, haciendo que dispusieran de un futuro más bueno que el nuestro. Dormiríamos en habitaciones separadas. Haríamos una vida aparentemente normal pero yo siempre respetaría tus condiciones. Te prometo que nunca te arrepentirás.

Las palabras llegaban a mis oídos como un canto de sirena. Sentí cómo mi firmeza del principio iba flaqueando. Le dije que lo pensaría y que el próximo fin de semana lo hablaríamos: pero yo en mi fuero interno sabía que se produciría una claudicación por mi parte.

Vivimos así durante unos meses. Él se comportaba como había prometido. Un día, cerca de Navidad, ocurrió un hecho especial. Sentados frente a la chimenea, el fuego encendido y las llamas jugueteando con las sombras. Me habla con una voz suave, acariciadora que me transporta a paraísos no soñados. Se acerca a mí, no puedo resistirme. Me abandono en sus abrazos. Hicimos el amor con más dulzura que nunca. Pienso que estamos consiguiendo la normalidad en nuestro matrimonio y que esto va a durar eternamente.

Las crudezas del invierno ya habían pasado. Nos encontramos en el mes de marzo. Después de llevar los niños al Colegio me dispongo a preparar el almuerzo. Oigo un portazo. Acudo a la puerta de entrada y me lo encuentro allí. Casi no podía sostenerse en pie. ¿Has bebido? Le dije de la mejor manera posible.

.

- He bebido lo que me ha salido de los co… so tía zorra. Tú no eres quien para llamarme loa atención. Tu única misión es acatar mis órdenes.

Estaba fuera de sí, con los ojos inyectados en sangre. Echaba espuma por la boca. Puso la mano en una silla, la enarboló y me dio con ella en la cabeza. Casi perdí el conocimiento, me toqué la herida y observé mi mano llena de sangre. Antes de que pudiera darme cuenta me asestó una patada y después me cogió del pelo y tiro hacia él mientras me golpeaba con el puño cerrado en la boca. Noté el sabor agridulce de la sangre y algo duró dentro de ella; eran tres dientes que me había roto. Me tiró al suelo y empezó a darme con los dos pies de una manera desaforada. Yo me sentía cada vez más débil. Cuanto más le rogaba que dejara de pegarme más se enfurecía y los golpes se hacían más fuertes. Noté un dolor agudo en el ojo izquierdo; me había dado tal puntapié que el ojo se me había salido de su órbita. A continuación me quitó los pantalones y las braguitas. Me hizo unos cortes con una navaja, en la zona comprendidita entre el ombligo y la pelvis. Fue a la cocina y vino con el salero y echó en las heridas gran cantidad de sal. Yo no podía resistir más pero aún me quedaba por sufrir. Me violó y, después de satisfacerse, me rompió algunas costillas dándome con fuerza en el pecho. La última faena que recuerdo fue un duro golpe en el costado. Debió afectar a algo vital de mi organismo porque ya no sentí ni dolor, ni angustias.

La vida se me escapaba poco a poco. Veía un túnel muy largo y al fondo una luz muy brillante.

Blanca.

Después, nada.

El silencio

sábado, 4 de octubre de 2008

1. Rojos de m...

EN CAÑIZARES NUNCA PASA NADA *

1. Rojos de m…

No podía creerlo. El hecho le llegó de varias fuentes. Algunos querían quitarle hierro, otros eran más explícitos. Lo que parece indudable es que en las esferas políticas de Cañizares había un cierto personajillo, de tercera división, que andaba por la ciudad causando el mismo estrépito que un elefante en una cacharrería.

Anteriormente le había llegado alguna noticia sobre el talante ¿liberal? de este buen señor (piensa, dice, lo de señor porque es educado). “Con mi dinero no estoy dispuesto a financiar apologías de rojos de m…”.

Frasquito se pregunta: ««Tu dinero? ¿No será el dinero del Ayuntamiento, es decir el dinero de todos, incluidos los impuestos de los “rojos de m…” que pagan al menos la mitad de esos gatos y para más INRI la mitad de tu sueldo?».

Mas no le preocupan los comentarios de este tipo de personajes. Lo que le preocupa seriamente a Frasquito es que estas posturas deriven en un enfrentamiento entre blancos y negros, entre azules y rojos; entre los que quieran volver a la involución y los que pretenden como él vivir en paz y concordia, respetando a todo el mundo, aunque sus ideas sean diametralmente opuestas a las suyas. Estos individuos son los que no quieren que el pueblo se eduque, aprenda, piense. No les interesa que nadie lea a alguien que sobresale por encima de su estrechez, que difiera de sus deseos retrógrados, que se desvíen hacia el lado odiado por ellos. Con este tipo de seres, no se puede progresar en las ideas, no se puede hablar de Victoria Kent, no se puede hablar de nadie que huela a progresismo. A Frasquito le consta (porque aunque es de pueblo ha leído) que la Concejala del Área de la que es Coordinador, gracias a Victoria está en ese puesto.

Frasquito duda de que todos los miembros de su partido estén en esta línea, porque eso sí que sería preocupante. Al parecer, desde dentro, ya le han llamado la atención y ha dado marcha atrás en su prepotente actitud., lo cual le congratula enormemente. No quiere Frasquito, por aquello del respeto, crear ningún tipo de polémica al respecto, todo lo contrario. Lo que Frasquito va a hacer, como decía un castizo paisano mío es: “CORRER UN ESTÚPICO VELO” y a quien Dios se la dé, San Pedro se la bendiga.

Otrosí que le preocupa, después de treinta y tres años en que ya no está prohibido hablar de política, es que existan algunos jóvenes, que no han conocido guerras, ni rencillas personales, ni hambres; que no han visto ni oído, al parecer, ninguna referencia del holocausto, que han podido hacer carreras junto a los hijos de los obreros, bebiendo unos de otros sus diferentes posturas, en un ambiente de comprensión mutua… lo que le inquieta, piensa, es que ésto no sea un caso aislado, sino que haya una juventud involucionista que quiera restaurar el “heil Hitler”.

Un amigo mío, cordobés por más señas, me decía: «Yo, que he corrido delante de aquella policía prehistórica, tan distinta a la de hoy, como alma que lleva al diablo, que he marchado a la cabeza de manifestaciones estudiantiles, que hasta he repartido el Mundo Obrero; ahora tengo que aguantar a mi propio hijo que me restriegue por los hocicos que el nazismo de Hitler era necesario, entonces y ahora. Y se me ponen los vellos de punta».

Nos falta ética y elegancia, cavila Frasquito. Empezando por los de arriba, desde el Parlamento hasta la última taberna del Camino de las Cañas.

Le llegan noticias de última hora. Por lo que respecta a nuestra ciudad, en Cañizares, afortunadamente, la sangre no va a llegar al río.

Y es que, como siempre, en Cañizares nunca pasa nada.

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* Título de una novela del motrileño Francisco Pérez García en la que retrata la hipocresía, la doble moral de las gentes de bien de una ciudad imaginaria: Cañizares.

domingo, 3 de agosto de 2008

Adios a Paco "el niño".



El día 2 de agosto de 2008 dejó de caminar. Mejor dicho: "cogió la carrerilla hasta el Cielo".




Todos los que compartimos con él los últimos años de su vida, los que lo vimos de forma distinta, sabemos de su bondad, de su amistad, de su predisposición a hacer el bien, sin esperar nada a cambio. Toda su vida se la pasó ayudando a los demás por el simple placer de ser útil.

Cuando un mes de agosto, el día de San Cayetano, se enteró de que un grupo de amigos habían salido caminando hasta la ermita de Jolúcar, ya hacía no sé cuánto tiempo, echó a correr hasta que llegando al pueblo se encontró con el grupo. Les preguntó si podía ir con ellos y, al decirle que sí, se puso muy contento. Y es que Paco era de los que las pequeñas cosas le parecían enormes; si tenías un detalle con él te lo agradecía como si fuera la cosa más grande del mundo. Desde aquel encuentro del día 7 de agosto ya no se separó de nosotros. A todas las excursiones venía lleno de alegría y dinamismo, a todo el mundo le contaba lo bien que lo tratábamos y lo contento que iba con nosotros a cualquier parte.

Si nos ponemos a relatar los muchos momentos que hemos vivido juntos, sería interminable. A mí me trataba como si yo fuera un niño pequeño; cuando regresábamos de las excursiones se venía conmigo hasta mi casa y le decía a mi mujer: "Maria, que te lo traigo entero y en plenas facultades. Cuando caminábamos siempre me decía, si te cansas yo te cojo la mochila y así vas más descansado. Los recuerdos se me atropellan en la mente. Lo veo, con sus pasitos cortos, caminando junto a Fernando Martín, de gran zancada, y por cada paso que daba Fernando él tenía que dar tres, pero no se retrasaba ni un metro. Si alguien le pedía algo, lo cumplía al instante y de la forma más eficaz que imaginarse pueda.

No quisiera cansaros haciendo demasiado largo este relato. Nuestras vivencias con Paco están todas llenas de anécdotas y, sobre todo, de ternura. Él pensaba que todos le estábamos haciendo un favor admitiéndolo en nuestro grupo y la verdad es que quien nos hizo un favor fue él a nosotros. Nos enseñó que la verdadera valía no está en los intereses materiales ni en la posición social. Nos enseñó a ser BUENOS.

Descanse en paz.

domingo, 29 de junio de 2008

Cuarenta y cuatro años después.

Hoy, como todo bicho viviente, estoy esperando , con nerviosismo, que llegue la hora del partido. Hace 44 años, un día de junio, por la tarde estábamos en una situación igual.

En el Pardo también se velaban armas. Esperando que fuera la hora de trasladarse al Santiago Bernabeu. Nuestra glorioso "Escuadra Nacional" preparaba psicológica y físicamente el partido que les enfrentaría con la pérfida URSS (sus hombres con cuernecillos y rabo y una expresión de diablos en su rostro, como correspondía a la horda comunista (en su significado de satanistas). Luego comprobaríamos incrédulos que no tenían cuernos ni rabo, salvo que éste lo llevaran oculto. Se dedicaron a jugar al fútbol con toda deportividad y como verdaderos caballeros.

Lo que yo quería contaros es lo que ocurrió en mi casa con motivo de tal evento. Tenía el aparato de televisión recién comprado, eso sí, en blanco y negro. Acababan de porner en nuestra zona un repetidor de señales y la verdad que desde a mi casa, sita en la parte alta del pueblo, la imagen llegaba con toda nitidez. De tal evento se enteraron todos los vecinos, incluso los de la calle de al lado, y acá se dieron cita para ver el partido unos 30 vecinos aproximadamente. Tuvimos que sacar el aparato, que estaba en una habitación, hasta la puerta de la misma que lo separaba de un recibidor. Nos pusimos todos haciendo un semicírculo para poder ver con cierta comodidad. Todas las sillas de la casa se agotaron y hubo que traer las de los vecinos. Todos fumadores, nadie se callaba, el ambiente era como el del estadio, una algarabía en donde nadie oía al otro. Después de 44 años, los que queban vivos aún recuerdan el detalle. De pronto, Carmen, mi queridísima suegra, que Dios tenga en su gloria, vino con una espuerta de goma medio llena de agua a modo de cenicero gigante. La idea por supuesto fue acogida con un gran aplauso por parte de los fumadores.

Cual no sería el nerviosismo que antes de terminar la primera parte ya estaba la espuerta llena de colillas. Hubo que retirarla y traerla de nuevo, como si nada hubiera pasado. Cuando el tal "Marcelino" pegó aquel famoso cabezazo, el grito llegó hasta el mismísimo centro de Moscoú.

Hoy, con la tele de colores, los que quedan están cada uno en sus casas, con un buen vasito de vino y unas tapitas de jamón. Pero estoy seguro que si unimos todos nuestro grito, éste llegará hasta el corazón de Berlín.

Amén.



viernes, 27 de junio de 2008

Mi pueblo

Estoy orgulloso de pertenecer a este pueblo. Lo amo, lo respeto, lo considero único en el mundo, con esa personalidad característica de su historia, rancia y graciosa, que nos han legado nuestros mayores.
Dicen que en Granada todo es posible. En mi ciudad (me estoy civilizando, ya no digo pueblo) mucho más.
A son de qué viene ésto. Sencillamente a que voy a contaros, día a día (o semana a semana, según las ganas que tenga) algunas cosillas de las que ocurren por aquí.
Hace unos días dos policías locales se estaban peleando porque uno decía que sí y otro decía que no. !Como la Parrala!. Poniendo atención a los orígenes de la disputa me apercibí de que uno quería multar a un automóvil que había aparcado encima de la acera y el otro se negaba a ello porque el coche era de un Concejal (no sé si el de Tráfico).
Rememoré, con todo el dolor de mi alma, el día que tuve que pagar 10000 pesetas -entonces existía la peseta- porque mi humilde vehículo estuvo 3 minutos encima de una acera, por cierto sin entorpecer el paso de los peatones. La pagué sin rechistar.
Pienso que nuestros representantes políticos tendrían que dar ejemplo. Y la Policía también.
Tengo más cosas en mente, pero ésas se las contaré otro día.

sábado, 12 de abril de 2008

ANUNCIOS POR PALABRAS

Lo leí en los anuncios por palabras de un prestigioso periódico nacional. Me parecía inconcebible, primero que existiese un hombre invisible. Cuando yo era pequeño (hace eitantos años) me encantaba ver las películas del hombre invisible, que le ponían una venda en la cara y un traje de corte inglés para que los espectadores nos apercibiésemos de que estaba allí, realmente estaba allí, aunque no pudiéramos verle.

Pero lo que más me chocaba era que buscase una mujer transparente, como si hubiera mujeres transparentes. Lo bonito de la mujer es que tienes que estar continuamente imaginando virtudes y defectos (que también los tienen) precisamente por su falta de transparencia. Y conste que esto lo considero una virtud.

Para hacer cosas nunca vistas. Me sugiere infinidad de posibilidades que por pudor y decencia no quiero exponeros.

viernes, 11 de abril de 2008

PERREA

A modo de introducción: "el palabro" no viene en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua.

Me lo dijeron y no me lo podía creer. Era inconcebible, traspasaba los muros de mi precaria inteligencia, las finas paredes de mi humilde entendimiento. Y fue por votación popular. Había visto algunos anuncios relativos al evento en televisión y en radio. Ni corto ni perezoso me bajé de Internet el "chiki chuki" y, lo juró, después de escucharlo seguía sin explicarme cómo pudo suceder tamaño desaguisado.

Para desintoxicarme estuve 55 minuitos escuchando música de Mozart.

  • Dice Rosa Montero, en un artículo publicado en el País Semanal, sobre este asunto: "...el actor y su inmenso tupé seguirán camino de su cita con la Historia, dispuestos a ser los más horteras dentro de uno de los concursos musicales más horteras del mundo, lo cual tiene su mérito"

Empecé a dudar de eso de que "cada persona un voto". Me planteé renunciar a mi característica de votante en esta democracia. Pienso que si esta canción ha logrado alzarse con el triunfo, también podría suceder que algún día eligiéramos a un Gobierno "chilicuatreado" y sería terrible.

No pretendía meterme en política, pero esta votación popular me ha hecho reflexionar muy seriamente.

Dije que oí la canción. Efectivamente la letra es ¿impactante?. Es compendio de la poesía de Antonio Machado, con ribetes acaramelados de Gustavo Adolfo Bécquer, o algo así. Cuando para rimar hermano necesita que las bragas de su mulata las tenga en la mano me subyugó; llegué al éxtasis del disfrute celestial (Me hallaba en trance, como la Santa de Ávila). No pude seguir escuchando la canción, demasiado para mis fuerzas humanas.

He estado tentado de hacer una promesa: "Si esta canción, que representa a España -a mí no porque yo no he votado- llega a quedar entre las diez primeras, no vuelvo a ver nada relativo a la Eurovisión, si quedara entre las tres primeras me borraría también de televisión, desde la 1ª hasta la 8ª. Si por un casual, que diría aquél, se quedara la primera, he pensado seriamente borrarme de la humanidad".

¿Que es imposible?. Ahí tuvimos al LA LA LA. O sea que no las tengo todas conmigo. Aunque si me obligo a no ver más ninguna televisión y me pongo a leer, quizá salga ganando.

domingo, 16 de marzo de 2008

Carta al Sr, Tiempo

!Me has engañado!. Me has tomado el pelo como a un pipiolo. Cuando niño abusabas de mí. Mientras estaba en la escuela hacías que tu reloj, al que manejas como te sale de las entretelas, anduviera despacito, muy despacito.... Las horas parecían siglos, los días !no te digo!. Cuando al fin salíamos de clase éramos becerrillos a los que les abren la puerta de toriles. Merendábamos y luego nos íbamos a jugar, y allí estabas tú para darle cuerda rápida a tu endiablada máquina de contarte. Casi sin darnos cuenta nuestra madre ya nos estaba llamando para la cena. No sé qué sacabas tú con esa actitud tan irracional y diabólica.

Y qué me dices de nuestra época de mozuelos. Tuvimos nuestra primera novia, aquella chica de ojos verdes que tanto nos gustaba, y también jugabas conmigo al escondite de tus caprichosas maneras de acelerarte mientras estábamos con ella y luego, durante el resto del día , volvías al ralentí mas enervante que imaginarse pueda. Aquellas sesiones del cine en donde, a pesar de que en los prospectos de la película ponía: duración, 2 horas (incluidos anuncios, que también se ponían entonces, ¿o es que crees que es sólo un invento de la televisión?), tú hacías que duraran unos pocos segundos. Y cuando salíamos del cine y nos tomábamos unas cervezas con anchoas y patatas fritas en el bar Terraza, parece como si hubieras cogido el avance rápido y luego, cuando llegaba la noche, volvías al frenazo y que te vayan dando.

Desde la más tierna infancia hasta esta época, fuiste transcurriendo con alternancias, unas veces felices y, otras, desesperantes. Pero se acercaba el peor momento de mi vida, el reclutamiento para el glorioso Ejército Nacional, la incorporación a filas y las "putadas" típicas que se respiraban en aquel ambiente. Estuviste detenido durante 18 meses, con algunas excepciones muy puntuales pero que no borraban la mala leche que tú nos imbuías con tu absurda actuación. Aquello no se acababa nunca. No hubo permisos oficiales. Estábamos a menos de una hora (cuando se construyera la futura autovía) de nuestra casa y, sobre todo de nuestra novia y sólo conseguíamos permiso para un día, si nos portábamos bien durante un mes. Ya te digo, en esta fase de mi vida llegué a odiarte con todas mis fuerzas, tu lentitud me exasperaba, cerraba los puños hasta casi hacerme sangre con las uñas en las palmas de mis manos. Pero, como dicen por ahí, no hay mal que cien años dure. Llegó el final del periodo patriótico y volvimos a casa contando batallitas, (Hoy mis nietos no me permiten que las cuente, como está mandado para todo abuelo que se precie, ellos prefieren Internet y, lo que yo considero más incomprensible de esta época, chatear -!sin un vaso de vino!- Y ahí entras tú con ellos borrando de su memoria la noción que tienen de y hasta les quitas las ganas de comer. En fin, es el progreso, tú sabrás lo que haces.

Me llega la época de crear una familia, tener hijos, criarlos, educarlos, en una palabra "espercojarlos" como se dice por estas tierras. Aquí también tendría algo que decirte, pero es que no merece la pena seguir con la misma cantinela. Siempre has jugado conmigo como el gato con el ratón. Para qué voy a enumerarte las veces que me has tratado vilmente. Eres odioso, sin corazón, sin alma, no te ha importado nunca el ser humano. Siempre has estado en un plan preponderante, nos has mirado por encima del hombro y, además, has permitido ir apuntándote bazas, independientemente de los momentos puntuales que ya hemos referido, haciendo que los hombres vayan consumiéndose poco a poco, mostrando unas arruguitas, imperceptibles en un principio que van agrandándose cada vez más. Y ésto lo has planeado con "mala leche", porque se da la circunstancia que unos se ven a otros casi a diario y no notan el cambio que se va produciendo. A Pepe se le están blanqueando las sienes, y no nos damos cuenta que a nosotros también. Lo tienes todo planeado, insensible a los sentimientos de los demás.

Ya tenemos la familia casi colocada y hemos disfrutado con los nietos como no lo hicimos con los hijos,. Ahí entras tú a no permitirnos que disfrutemos todo lo que quisiéramos. Ha sido como un relámpago, que ilumina el horizonte para desaparecer al instante.

Ha llegado el momento de reflexionar sobre nuestra vida. Lo que hemos hecho, lo que nos gustaría hacer todavía: Escribir nuestras memorias. Estudiar música, que tanto nos ilusionó y que no pudimos hacer. Viajar a los lugares con los que siempre soñamos. Vivir, vivir la vida INTENSAMENTE. Pensar que las cosas viven porque nosotros las miramos y les damos vida con nuestro aliento.

Pero, señor mío, ¿podremos hacerlo?. ¿Nos permitirás, a pesar de tus malas entrañas, que podamos realizar estos sueños?. Cada mañana, cuando me levanto te ofrezco un Brindis a Vida o Muerte...

Voy a terminar esta carta, pidiéndote perdón si te he ofendido y solicitándote una prórroga, mejor grande que pequeña, una prórroga para poder hacer parte de nuestros deseos...

Es gracia que espero alcanzar de tu reconocida "benevolencia".

viernes, 7 de marzo de 2008

Adiós a la hermana de un amigo

No la conocía, sino en las referencias de mi amigo. Debió ser una mujer de carácter fuerte, pero de una gran calidad humana.
Me la imagino como ina matriarca que iba repartiendo bondad y comprensión hacia los suyos y a todos los que la rodeaban.
Si tomamos como referencia las virtudes que nos son conocidas de su hermano es indudable que debió ser una mujer especial.
Es muy difícil hacer un penegírico de alguién a quien no has conocido, pero es que no se trata de eso, lo que queremos manifestar a su hermano es que hacemos nuestro el profundo dolor que ahora le aqueja. Se va, mas a él le queda la satisfacción (¿?) de haberla visto en vida unos días antes y comprobado que ella esperaba el desenlace fatal con bastante estoicismo y resignación, ademas de observar que sus últimos momentos estuvo tratada con todas las atenciones y cariño que humanamente fueron posibles.
Descanse en paz.

viernes, 8 de febrero de 2008

Reflexiones

Quizá debido a que mi disfunsión se ha agravado, en estos días me ha dado por mirar en mi interior. Recordar con nostalgia toda mi vida, desde pequeñito hasta llegar a hoy mismo.
Miro hacia el patio y veo cosas que, aunque siempre estaban ahí, nunca las había visto. Hoy l0 hemos convertido en jardín, cuando antes era el corral, donde se acumulaba el estiércol para abobar los campos. El limón vestido de verde con pintas amarillas. Los rosales a punto de florecer, asomando sus yemas, que en un futuro próximo serán rosas. Pienso en los años que he vivido, lo que he disfrutado. Las penas que he sufrido, que son también una manera de vivir, es cuando te das cuenta con toda realidad de que estás viviendo. Desde este balcón ya se ve el mundo desde otra perspectiva, como si estuvieras llegando al final del camino, y piensas que no era tan largo como creías en un principio.
Es verdad que la vida es bonita. La primera novia que tuviste y que creías que nunca podrías vivir sin ella. El partido que ganaste, cuando empezaste perdiendo. Los amigos que creías que eran para toda la vida.
Los sueños frustrados, cuando querías estudiar y, a los doce años, tuviste que empezar a trabajar. Las oportunidades perdidas, que son irrecuperables.
Los hijos, con los que disfrutaste como un cosaco, y que luego se fueron independizando, por lógica de la vida. Y, muy de tarde en tarde, vienen a visitarte o, lo que es más común, tienes que ir tu a verlos. Luego los nietos que te hacen vivir otra experiencia. Dicen que se disfrutan más que a los hijos, y es natural, ya no tienes la responsabilidad de su educación ni de su manutención y son también parte de ti.
Miras hacia atrás, recordando cosas banales, quizá porque te da miedo mirar hacia adelante, enfrentarte con la realidad.
Ya no es el que afrontes con mayor o menor entereza el problema que tienes. Ahora se trata de algo más serio.
Tengo que leer a Unamuno.

viernes, 25 de enero de 2008

Sala de espera

Estaba llena de personas, como la ultima vez que estuve aquí. La recepcionista estaba en la entrada. Nos tomó los datos y nos colocó en una antesala.

Pasó un tiempo, mientras algunos salían de esta antesala y pasaban a lo que se puede describir como "Sala de espera". Otros entraban nuevos. Al final me tocó el turno. Entré en un despacho y me recibió un amable ATS que, por las preguntas que hizo, parecía más un doctor de los de "cum lauden" que un smple practicante.

Me pasaran a la Sala propiamente dicha. En principio estaba tan llena que no quedaba ni un asiento libre. Una enfermera de blanco llamó a Antonio Rodríguez, quien dejó el Marca que estaba leyendo y pasó a la consulta número cuatro, como le había indicado la de blanco.

Me pude sentar. Se oyó el timbre de un móvil (Aria de ópera, creo que la Traviata). La interesada contestó y por su voz deduje que era de Castilla (Madrid o algo así) y que hablaba con su novio, o amigo como dicen ahora.
Allá una niña pequeña se acurrucaba en los brazos de su madre. Se notaba que tenía fiebre. Junto a ellas había otra pequeña posiblemente su hermana, que no dejó de moverse todo el rato.
Cuando ya tenia completado mi archivo de todos los pacientes (alguno menos paciente), me tocó el turno: a la consulta número dos.
Dedujeron, por el dolor que saltaba a la vista, que se trataba de un cólico nefrítico. Un calmante bastante fuerte y vuelta a la "Sala de Espera", para volver a desesperarse.
En definitiva, después del cambio de turno, el nuevo médico me dijo que fuera mañana al de cabecera y que me hiceran una radiografía.
Tuve que valerme de ciertas influencias en Málaga para que me trataran un pco más detenidamente la enfermedad que tenía. Hoy afortunadamente ya estoy curado. Se ve que he arrojado la dichosa piedra.

jueves, 24 de enero de 2008

Último adiós

Acabamos de enterrar a un familiar, en segundo grado, con apenas 36 años de edad. Es triste que la señora esta de negro, con su guadaña, venga indiscriminadamente a llevarse a personas que ni por su edad, ni por su generosidad y bonanza, tendrían que estar en la lista inmediata.
Un fatídico infarto estando en la piscina municipal vino a truncar su vida. Cuando se habían disipado los fantasmas del pasado y el futuro se le presentaba de color de rosa, el desenlace es aín más lamentable.
Una visita al hospital. El electro que no ofrece ninguna alteración aparente. Un rato en la sala de espera. Un mareo. Un ahogo.
Y el adiós definitivo.
!Descansa en paz, María Sonia!.

miércoles, 23 de enero de 2008

Último adiós

Acabamos de enterrar, esta misma tarde, a un familiar en segundo grado. Apenas 36 años. Iba con el novio a bañarse en la piscina.
Últimamente todo le venía

viernes, 11 de enero de 2008

Debe ser verdad

En mi pais la política va de perlas, por no decir de puta madre. Los precios de las verduras, de la carne, de los productos manufacturados, han bajado de una forma bastante apreciable. Esta bonanza de la economía ha permitido subir los salarios de tal manera que los trabajadores pueden llegar a fin de mes, pagar sin estrecheces su hipoteca, hacerse un plan de pensiones, viajar en un crucero por el Mediterráneo, pasarse 15 días en Punta Cana, comprarse un coche último modelo (algunos hasta un Ferrari) y hay quien ahorra un poco y lo ingresa en el Banco -como si el Banco necesitara dinero-. Aunque están próximas las elecciones, los candidatos se respetan unos a otros y nuestro Gobierno está a partir un piñon con la Iglesia.
¿Qué no me creen?. Pues me he tocado la nariz y no me ha crecido.
!Luego debe ser cierto!.

lunes, 7 de enero de 2008

Adiós

Acabamos de dar el último adiós a una compañera de trabajo. Hoy estamos tristes. Vino a morir el día 6 de enero, un tétrico regalo de Reyes para su esposo y sus dos hijos. Los que fuimos sus compañeros y amigos nos ha venido a la memoria, mientras le decían la misa de córpore insepulto, como una película, diversos aspectos de nuestras vivencias con ella, su sonrisa, sus buenos modales, su bondad. Todo ello unido a su juventud nos ha entristecido doblemente. Este ha sido el momento de pensar en que, habiendo tanto desalmado suelto por el mundo, haya sido ella la elegida.
Descansa en paz, querida amiga.

Adiós

Acabamos de dar el último adiós a una compañera de trabajo. Hoy estamos tristes. Vino a morir el ía 6 de enero

martes, 1 de enero de 2008

Nuevo compromiso

Año nuevo, vida nueva. El hecho de cambiar la cadencia de mis escritos está, en parte, a una mayor comodida para mi, y de otra el no molestar tanto a mis lectores con mis caprichitos diarios.
Creo que un escrito por semana está más dentro de la normalidad de este tipo de eventos.
Escribiré todos los sábados o domingos salvo casos de fuerza mayor.

Nuevo compromiso