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jueves, 30 de julio de 2009

2.- EL RECUERDO

Nuestra guerra (me fastidia decir "nuestra". Pienso que decimos esta palabra para referirnos a algo que queremos y por eso lo consideramos nuestro, como dice Alberto Cortez en su canción). La guerra había terminado. Quiso el azar, o la mala leche, que sin solución d continuidad comenzara la II Mundial.

En nuestra ciudad se habían instalado unos soldados a disposición del Mando, por si había que intervenir en esta contienda. Los niños que vivíamos cerca nos agrupábamos para observar las maniobras de la tropa.

Un soldado llevaba un carro de suministros, tirado por un mulo y como el camino era muy irregular, con hoyos y socavones, el carro perdió pie (rueda mejor dicho) y se precipitó hacia el fondo del barranco. El mulo patas arriba y el carro enseñando las intimidades de sus ruedas.

Tuve una extraña sensación. Aquel soldado, para mi, siempre será un atleta.

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