Pero la realidad es que la mayoría lo hace para cumplimentar un trámite. No desean la paz, justifican las guerras con engaños, una especie de tomadura de pelo.
Ha nacido el niño de Dios ¿en un pesebre? y nos reunimos a inflarnos de gambas, carnes, pescado, dulces, para festejarlo. Cantamos villancicos, tocamos la zambomba y nos hartamos de beber.
El disloque, la exageración, el no va más de la hipocresía. Y lo triste, para mí, es que yo voy a ser unos de ellos.
Ha nacido el niño de Dios ¿en un pesebre? y nos reunimos a inflarnos de gambas, carnes, pescado, dulces, para festejarlo. Cantamos villancicos, tocamos la zambomba y nos hartamos de beber.
El disloque, la exageración, el no va más de la hipocresía. Y lo triste, para mí, es que yo voy a ser unos de ellos.
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