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lunes, 26 de diciembre de 2011

ALCAZAR DE VENUS


—¿porqué no te encargas tu?
Era su frase favorita cuando se dirigía a mi para encomendarme alguna tarea.
Es que tu lo haces mejor y tengo mas confianza en ti.
Así nos desarmaba. Porque esta expresión se la decía a todos, y todos pensábamos que éramos el preferido del Maestro.
En esta ocasión se trataba de una invitación que había hecho Manolo Ortiz para celebrar su cumpleaños en la casa labriega del pueblo alpujarreño llamado Alcázar de Venus, del partido judicial de Órgiva. Bello paraje por cierto y no menos bella jornada la que disfrutamos este día.
Nos dejó el autobús en la Venta de las Tontas, donde desayunamos, unos con café y tostadas y otros con un vaso de vino y un bocadillo de chorizo. Reconfortados con el "frugal" desayuno iniciamos la marcha, la mayoría de nosotros, hacia el Cerro Salchicha (nombre evocativo donde los haya), mientras que los cocineros y pinches de cocina se fueron al pueblo a preparar la comida para los excursionistas.
El cerro estaba lleno de flores amarillas. Yo me enteré en ese momento, y éso gracias a la sapìencia de el señor de los señores en Biología, el ínclito D. José Guirado (Pepe para los amigos -que son muchos-) me enteré entonces, digo, de que aquella planta se llamaba genista. Vino a mi mente de inmediato, la canción de Serrat , Mediterráneo, donde una frase que dice... "le daré verde a los pinos y amarillo a la..." Acabo de enterarme que lo que dice es: GENISTA. me he tirado un montón de años intentando averiguar lo que decía Juan Manuel. Ha hecho falta una serie de circunstancias y la presencia de un experto para sacarme de la supina ignorancia de este fistro pecador del conocimiento.
El recorrido fue precioso y sumamente instructivo para todos, si Pepe demostraba sus dotes de Biólogo, Antonio no le iba a la zaga con sus conocimietos de la fauna. El recorrido con ser duro se nos hizo bastante llevadero. Y al final de meta, el merecido descanso y el no menos merecido refrigerio.
El jamón iba de la cocina a las distintas mesas como si fuera un desfile de misses. La mesa número nueve (que era endonde estaban los enchufados) estuvo provista de viandas como si se tratase de la mesa del Jurado, pasaban por delante de nuestras narices diciendo:
—No toquéis que ésto es para la número nueve.
Todo ello en un ambiente distendido y amable. La verdad es que todos comimos y bebimos hasta quedar bastante satisfechos. Fernando Martín se le ocurrió decir:
—Yo me comería un huevo frito.
Al momento tenía un plato con dos huevos fritos con ajos que despertó el deseo de más de uno. Se consumieron los huevos -con perdón- que había en la despensa de Manolo. Del jamón, que se empezó para esta fiesta, no quedó ni el hueso. Los tomates que llevó Fernando se consumieron en incalculables ensaladas. El pan, que era bastante abundante, al final escaseó. El vino y las cervezas se consumieron con fruicción.
Todo ello aderezado con multitud de fotos (ya os imaginais de quien) y canciones para todos los gustos y de todos lo tonos imaginables.Después nos dimos un paseo por el barranco y subimos hasta la Venta para coger el autobus que nos habría de traer de vuelta a casa. Dentro del vehículo, Antonio cogía el micrófono, tanto a la ida como a la vuelta y nos iba dando alguna clase de medioambiente o contándonos chistes que, aunque no fuesen graciosos, él les daba una entonación especial.
Esta celebración se repetiría algunos años más y siempre disfrutábamos de lo lindo.

1 comentario:

Maruja dijo...

Hola Emilio, un bello recueerdo a esa gran persona, que dejo su huella a todos los que le conocimos. Un saludo amigo.